Día universal del bolígrafo bic



Gloria y honor al instrumento que, junto la goma de borrar y el lápiz, mejor reflejó el espíritu colegial de todas las épocas. Con él llegó el escándalo de escribir poesías obscenas y dibujar desnudos. Fue el mejor confidente de los mensajitos de amor y el cómplice de las faltas ortográficas. También la primera actividad de reciclaje puesta en marcha desde el aula escolar, al convertirlo en arma arrojadiza de granos de arroz y bolitas de papel. El de punta fina era una virguería porque duraba más kilómetros que el de punta normal y permitía, al no ser transparente, cambiarle la barrilla, casi gastada, a tu compañero de pupitre sin que se diera cuenta. Y luego estaba el bic cristal (bic naranja y bic cristal, dos escrituras a elegir: bic, bic; bic, bic, bic) que tenía como más empaque. Todavía mantengo un honroso callo en la última falange del dedo corazón, cual herida de guerra, de la época estudiantil.

1 comentario:

Ana Vázquez dijo...

Conserva ese callo y viva los bics que de tantos apuros nos han sacado y que tantos aprobados nos han regalado!

Siempre llevo uno en el bolso :D

Un besazo!