El estilo a la hora de dar una pedrada es importante. Las guerrillas de piedras entre críos se saldaban con más de una descalabradura. Las competiciones para ver quien tenía mejor atino o lanzaba más lejos, un deporte diario. Pero lanzar las piedras como los pastores eso sí que era un reto.
1 comentario:
Cinco hermosa descalabraduras se esconden bajo mi cada vez más escaso pelo..pero yo era de honda... ¡y que buenos peñascazos que arreaba! y...aún conservo mi otra y otrora mortífera arma, mi tirachinas...
Publicar un comentario