Antonio ni nació en Padua ni sabía italiano ni tenía idea donde estaba Roma porque cuando chico le suspendieron la Geografía, no se llamaba Antonio que le pusieron Fernando de Bulloes y Taveira de Azevedo.
En realidad nació en Portugal y conoció a una paduaeña que fue a veranear donde vivía Antonio que se enamoró en un verano. Como bien se sabe que «tiran más dos tetas que dos carretas», Antonio se fue detrás de la italiana hasta Italia y una vez allí la chica le dijo que tenía novio y lo suyo no podía ser.
Cogió tal cabreo el pobre Antonio que decidió hacer la carrera de santo por la Universidad de Padua y hasta sacarse el título no paró. Después la chavala quiso volver pero ya no podía ser porque de santo se tiene más estatus social y lo impide el reglamento.
El resto de la historia es más conocido con los milagros y todo eso y no los voy a contar otra vez.
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