Día nacional del chiringuito de playa


Abierto hasta el amanecer, es un monumento al verano donde te puedes hinchar de comer sardinas al mediodía o copas a medianoche. Los servicios suelen estar guarros, los cameros son novatos estudiantes de vacaciones, tardan un jartá en atenderte y al final te clavan en el precio. A pesar de todo los guiris flipan en los chiringuitos. No sé que le ven.

5 comentarios:

Javier García Martín dijo...

Además de todo esto suele tocar hacer cola para pillar sitio. La religión de los "tupper" plantea una solución muy efectiva a este caso. Saludos

Miss Missing dijo...

Ir al chiringuito o no ir al chiringuito... he ahí el dilema...

Javier García Martín dijo...

¿Qué haría Hamlet en nuestro lugar? jajaja

Víctor González Solano dijo...

A oscuras
¿Para qué la claridad
si la oscuridad me lo da todo?
me da tu piel para que las ganas se viertan
y mis manos se pierdan en ella.
Me da unos labios a pedir de boca
y la oportunidad de besarte
sin cerrar los ojos.
Me da también la eternidad del tiempo
que Cupido detiene
para que la noche sea inmortal.
¿para qué la claridad, amor,
si la oscuridad nos los da todo?.
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Víctor González Solano
www.vigoso.blogspot.com
Barranquilla. Colombia

Anónimo dijo...

Yo creo que Hamlet iría al chiringuito... allí se masca la tragedia y ¿que es un Hamlet sin ella? Jejeje...