Vaya usted a la consulta médica y tosa con alegría y efusión. Puede hacerlo sin el mayor problema, el doctor le tratará bien y le recetará un jarabe para que siga tosiendo todo el día, a sus compañeros de trabajo, a sus vecinos, en el autobús urbano, en el cine y, sobre todo, en el mercado. Tosa sin piedad.
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