A falta de pan buenas son tortas, que dice el refrán. Y contra el hambre que pasan otros por las dietas y los ejercicios de espiritualidad, donde esté un buen bocadillo que se quite el más pintado. De calamares mejor, pero igual de tortilla o de atún. Más recomendables está el bocadillo de migas y también el de potaje. No está de más un bocata de puchero, aunque éste degenera por el nombre (mira que dejar en bocata a don bocadillo).