A Noé, el pobre, no le dio tiempo a más y se le olvidó meter unas parejas de dinosaurios en su súper arca y, claro, se ahogaron todos. Fue sin mala intención y más bien por falta de espacio. O quizás no porque Noé se las traía. Un día del diluvio se le abrió una grieta al arca y no se le ocurrió otra cosa que poner a una de sus hijas para que taponara la raja con el culo. De ahí que ahora todas las mujeres tengan el trasero frío.
2 comentarios:
Me has recordado que le toca revisión, tanto a mi extintor de tiranosaurios como al culo de mi santa.
Voy a ello.
Gracias.
Me asustaste...creí que había muerto Fraga o Carrillo...
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