Día en plena canícula donde no encuentras un puta sombra donde refugiarte, bien sea en la playa, en el campo o en la ciudad y maldices el mal momento en que se te ocurrió dejarte la gorra en casa. También porque pierdes el autobús o el metro por cinco segundos, te multan en la zona azul, te encuentras con el pelma de turno o te salen los números de la lotería pero todos cambiados de sitio.
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